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¿Qué se respira en Brasil?

  • Foto del escritor: Fuball
    Fuball
  • 21 nov 2019
  • 3 Min. de lectura

Esa es la pregunta que muchos nos planteamos. Lo más seguro es que se respire oxígeno (y un leve aroma a caipirinha), pero hay un elemento místico que hace que el país carioca haya sido cinco veces campeón del mundo.


El fútbol retumba en las débiles paredes de las favelas. Los gritos de gol resuenan todavía en las bocas del estadio Maracaná. Los fantasmas recorren cada esquina de Río y alguna noche que otra se dan un chapuzón en la playa de Copacabana. Noches de victorias agónicas y de derrotas dolorosas, muy dolorosas. Cuentan que Barbosa recibió varias amenazas de muerte tras el "Maracanazo", haciendo que el pobre guardameta brasilero viviera un auténtico calvario. A pesar de pasajes como aquel, las noches éxitosas del conjunto verde-amarelo se cuentan por decenas. Brasil maravilló al mundo multitud de veces, primero con un jovencísimo jugador de 17 años que apareció de repente en la selección causando un revuelo impresionante, un tal Edson Arantes do Nascimento, muchos lo conocerían como Pelé.


Primero vino el mundial del 58, celebrado en Suecia. Brasil se proclamó campeona del mundo por primera vez, y no era sorpresa, contaba con un equipo repleto de estrellas. Didí, Zagallo, Nílton Santos, Vavá, Garrincha y un imberbe Pelé. Aunque no fuera conocido en ese momento, Pelé fue el goleador de Brasil y el segundo máximo anotador del mundial de Suecia. Con esta plantilla comenzaría la dictadura de Brasil en los mundiales.


En el 62 Brasil vovlería a obtener la copa del mundo, esta vez en Chile. Manteniendo casi intacta la columna vertebral de la plantilla, se añadirían nuevos nombres a este conjunto plagado de jugadores cinco estrellas. Coutinho o Didí serían incorporaciones clave para que Brasil logrará hacerse con la copa del mundo, teniendo a un gran Pelé que aunque estaba ya casi consagrado, solo tenía 21 años. Partidos míticos como un Brasil-España (2-1) pasaron a la historia del deporte rey por la maestría con la que los cariocas lograban avasallar al rival. No fue el mundial de Pelé, pero Garrincha y Vavá fueron estrellas dentro de esa galaxia formada por los jugadores verde-amarelos.


En los 70 llegaría la culminación futbolística de Brasil. Hubo una regeneración en la plantilla, y jugadores como Tostao, Rivellino, Carlos Alberto o Jairzinho entrarían a formar parte del conjunto brasileño. La copa Jules Rimet lo sabía. Cuando vió jugar a aquellos maravillosos jugadores no había dudo, el mundial era de Brasil. El once de Brasil era maravilloso: Félix; Carlos Alberto, Brito, Piazza, Everaldo; Clodoaldo; Jairzinho, Gerson, Rivellino, Pelé y Tostao. Una delantera difícilmente superable. Esta vez el protagonismo se lo llevaría Jeirzinho con 7 tantos, seguido de Pelé con 4 y Rivellino con 3 anotaciones. Después de este torneo, vendrían Copas de América, de la mano de jugadores tan significativos como el doctor Sócrates. Aunque el cuarto mundial no llegaría hasta EEUU 1994.


En 1994 el juego de Brasil había avanzado, después de haber tenido unos años malos en mundiales. Atrás quedaban los años de Pelé y Tostao. Ahora la estrellas eran otras. Bebeto, Romario, Taffarel, Cafú o Dunga, fueron los protagonistas de la victoria brasileña en el mundial celebrado en Estados Unidos. En la lista estaba un joven Ronaldo, que no llegaría a debutar, pero que ya apuntaba maneras. Bebeto fue estrella y consiguió que Brasil se coronara por cuarta vez en su competición favorita. La final estuvo tan competida con Italia que se decidió en los penales. Taffarel haría gala de su maravillosa habilidad para parar penales. Brasil otra vez estaba en el foco mediático de todo el mundo.


Llegamos a 2002. Este fue el último año en el que Brasil se alzó con la copa dorada, la tan añorada por muchos y obtenida por pocos. Si antes hablábamos de conjuntos repletos de estrellas, la plantilla de Brasil del mundial 2002 estaría conformada por una galaxia entera. Ronaldinho, Ronaldo, Rivaldo, Dida, Cafú, Roberto Carlos o Kaká. La final fue contra el conjunto germano, un auténtico duelo de titanes en el que saldría victorioso Brasil por dos goles a cero.


Tras haber repasado los mundiales obtenidos por los distintos conjuntos nacionales de Brasil, podríamos adivinar qué es lo que se respira en cada calle, esquina, plaza y playa del país sudamericano: Fútbol. Cada segundo, cada minuto, cada hora, hay un niño jugando al fútbol que sueña ganar un mundial con su selección. Por eso. algunos futbolistas como el emperador Adriano Leite, vuelven a su hogar, donde soñaron que algún día conquistarían el mundo.

 
 
 

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